Así se vivió el festejo por los 30 años de NTVG

La cita fue este miércoles en el estadio de Vélez. Se trató de una fecha que, por motivos ajenos a la banda y la productora, debió reprogramarse tres veces pero que aún así no perdió para nada su fuerza y emoción.

Foto: @agustindusserr

Por Denisse Cutuli

¿Qué son 30 años? Una vida. Como lo que prometió tocar Emiliano Brancciari arriba del escenario, intentando saldar la deuda con su Buenos Aires querido, lugar elegido para iniciar esta gran fiesta que significa la gira por sus tres décadas sonando, después de tres reprogramaciones. Fecha ansiada que se hizo esperar, pero que valió la pena. Y porque, precisamente, 30 años son una vida, solo partiendo desde ese clivaje uno puede ponerle un marco de entendimiento a esa emoción que se vivió entre la gente amontonada, tanto en campo como en plateas, que lloró hasta en las canciones más festivas mientras recitaba para sí y para otros que No te va gustar era la banda de su vida. 

De saco y corbata por la elegancia que amerita una festejo de cumpleaños, algunos más descontracturados que otros pero con la inconfundible estética rockera y canchera que supieron forjar sobre todo en estos últimos años, la banda uruguaya tocó casi 4 horas seguidas para demostrar que las promesas se cumplen: Buenos Aires tuvo el show más largo realizado por ellos alguna vez. Recorrieron su 11 álbumes a lo largo de 38 canciones, sin bajar su calidad y entrega. Sonaron extremadamente bien en todo momento, con la dificultad que ello conlleva para un grupo de tantos integrantes, pero con la complicidad de unas miradas que se conocen hace 30 años.

Dijeron chau pasadas las 00, pero el público no se lo permitió. Querían que la noche no terminara. Y ellos tampoco. Por eso volvieron para regalar más de media hora de show con una especie de popurrí democrático con el que el Estadio Amalfitani terminó por estallar. Cerraron con “Te voy a llevar” y “No era cierto”. Porque las tradiciones no se manchan. Hasta regalaron el habitual fragmento de “Todo un palo” de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota para que el pogo terminara por desbordarse. 

Como toda celebración, influye mucho en ella el humor social de sus invitados. Si bien no hubo posicionamiento explícito en contra del Gobierno por parte de los uruguayos-argentinos, si lo hubo indirecto: rescataron "El oficial" —escrita por el contexto de la crisis de 2001 y la represión feroz de la que fue acompañada cuando se planteaban las mismas políticas de ajuste que hoy—, "Pensar" —”con hambre no se puede pensar”— y "Los villanos", pieza fundamental para el contexto —”no lo entiendo, todo otra vez, salir de la ruina para después volver”—, que fueron acompañados por los ya clásicos cantos recitaleros de “La patria no se vende” y “El que no salta votó a Milei”

Tal vez esa dualidad entre las raíces a uno y otro lado del charco es la que pudo forjar una complicidad y lealtad sólidas a través de tres décadas, que se vio reflejada no solo en el tramo final cuando interactuaron con el público para tocar fragmentos de todas las canciones que él pedía, sino también en la preocupación por lo que estuviera pasando y por cómo se sentían todas esas personas a la que alguna vez convocaron a formar parte de “esta gran familia”. 

La noche, como siempre, tuvo un aura especial: como en todas sus presentaciones y pese a que la canción fue escrita cuatro años antes, al momento de Tan Lejos fue imposible no pensar en Marcel Curuchet, Curucha para todos, el tecladista de la banda desde 2005 que murió en 2012 en un accidente mientras se encontraban en una gira por Norteamérica. 

El festejo también tuvo sus invitados. El primero de ellos fue Nahuel Pennisi, quien interpretó de manera sublime junto a la banda “De nada sirve”, aplaudido y alabado por todos. El segundo fue Patricio Sardelli, que se unió al festejo para tocar y cantar “Ese maldito momento”. El momento más emocionante de la noche se lo llevó el momento de “Venganza”, el hit que tienen junto a Nicki Nicole, pero cuyo videoclip fue protagonizado por el actor argentino Claudio Rissi, quien falleció en febrero pasado. Para él fue dedicado el tema, y para él llovieron los aplausos. También participaron de esta gran fiesta el Lobo Núñez, Noé y Camilo, músicos y luthiers de tambores uruguayos, quienes hicieron una versión increíble de la canción “El camino”, poniendo de relevancia la importancia que tiene para ellos la recuperación de sus raíces autóctonas.

“Volvé a tu casa cuando quieras”, se cantó al unísono, como un pedido de amor y de deseo, de nostalgia y alegría, de la esperanza siempre latente de un regreso más temprano que tarde, como una extensión de unos y otros. Acá siempre los vamos a esperar.

En estas tres décadas ya aprendimos que "no estamos solos si tenemos con quien quedarnos a festejar”. 

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