El Presidente volvió a apuntar contra las universidades públicas acusándolas de “no querer ser auditadas para mantener sus curros”. Pero salieron a desmentir sus declaraciones con datos.
“Dejen de mentir delincuentes que no quieren ser auditados”, disparó el presidente Javier Milei. Fue durante el fin de semana desde el flamante “Palacio Libertad” y se refería a las universidades nacionales, donde actualmente hay más de 20 tomas en repudio a la política de ajuste. El mandatario se despachó allí contra ellas al afirmar que son espacios para “los ricos y la clase media-alta” y la respuesta no tardó en llegar, lo que incluyó la desmentida de sus conjeturas con datos de los propios entes de su administración.
Mientras presentaba el cambio de nombre del Centro Cultural Kirchner por “Palacio Libertad Domingo Faustino Sarmiento”, Milei sostuvo que “la universidad pública ha dejado de ser una herramienta social para convertirse en un obstáculo”. Si bien descartó su arancelamiento, introdujo algunas dudas al afirmar que “se trata de un subsidio de los pobres a los ricos”.
Pero hay datos que desmienten al Presidente: según relevó la consultora exQuanti en base a datos del Indec, el 48,5% de los estudiantes universitarios se encontraban bajo la línea de pobreza en septiembre de este año. Aún más, en el Anuario Estadístico de 2022 de la Secretaría de Educación, se identificó que el 47,8% de los inscriptos en universidades públicas eran la primera generación en sus familias que podía acceder a ellas.
Por el lado de las auditorías, el Consejo Interuniversitario Nacional salió a responder los dichos del mandatario y afirmó que las mismas se están realizando. A su vez, preguntaron por qué el Gobierno eliminó la resolución de transparencia y las razones sobre por qué no completa el organismo que debe llevar adelante el control. Se trata de la Auditoría General de la Nación, y Diputados aún no ha nombrado a quienes deben ocupar los puestos por una discusión entre LLA, el PRO y la UCR, mientras que UP ya decidió el suyo.
Este organismo de control está presidido por Juan Manuel Olmos, como representante del peronismo al ser la primera minoría opositora, y le siguen en el organigrama seis auditores: tres definidos por el Senado, los cuales ya fueron nombrados, y tres por Diputados, puestos aún vacantes. Por lo pronto, la AGN decidió su plan de trabajo del 2025 e incluyó entre las universidades a auditar a la Facultad de Medicina de la UBA, y las altas casas de estudios nacionales de Córdoba, Cuyo, Nordeste, Tierra del Fuego, La Plata, Salta, San Juan, Chilecito, de la Patagonia San Juan Bosco y de Avellaneda.
En ese sentido, Olmos afirmó que en verdad “lo que el Presidente quiere discutir es otra cosa: quiere llegar al lugar donde arancele la universidad con argumentos berretas”. En una dirección similar, el rector de la UNR, Franco Bartolacci, sostuvo que “pocos espacios del Estado son tan controlados como las universidades públicas. Es más, si se quisieran establecer más controles, bienvenidos sean”.