Sale Bullrich y entra Mauricio Macri

El PRO vuelve a las manos de su referente más importante: el ex presidente (argentino y de Boca). Será el sucesor de la otrora presidenciable y ahora ministra de Milei.

El ex presidente Mauricio Macri volverá a ocupar un lugar clave dentro de su armado político. Después de 14 años volverá a presidir el PRO, el partido que fundó hace casi dos décadas, tras haber llegado a un arreglo con la actual presidenta del espacio, Patricia Bullrich, quien deberá pasarle el mando al ex mandatario de la Nación en junio próximo. Sin Horacio Rodríguez Larreta a la vista para formular otra alternativa, Macri encabezará una lista de unidad en una etapa clave cuando se habla de fusión con el Gobierno nacional y un rol desdibujado luego de ubicarse terceros en las últimas elecciones. 

Como parte del acuerdo, la actual ministra de Seguridad ocupará un lugar en la lista como titular de la Asamblea Nacional. Desde allí buscará ser un puente para afianzar la alianza con La Libertad Avanza de cara al 2025. Como parte de la negociación, Macri y Bullrich se quedaron cada uno con un tercio de los cargos de la lista.

Luego de que se conozca el arreglo, Bullrich afirmó que “es incompatible” ocupar dos roles a la vez ya que “no tenés tiempo ni cabeza”, pero celebró el rol que obtuvo en la Asamblea ya que presidirá “el órgano que toma las decisiones de las alianzas políticas”. Respecto a sus expectativas, afirmó que espera que el partido “sea de cambio y no de continuidad, no un partido de toma y daca sino de cambio”.

El movimiento es clave porque, con un Juntos por el Cambio en etapa de post mortem, el líder del espacio debe rearmar su estrategia de cara al 2025 para darle nuevamente centralidad a su partido. De hecho, cuando aún Bullrich aspiraba a continuar en su cargo para ejercer el papel de negociadora con el Gobierno, fue el propio ex presidente, quien salió a operar en su contra, aunque de manera velada, con un comunicado de representantes del PRO de distintas provincias que aclamaban que sea él quien tome las riendas. 

Claro que ese camino no fue fácil y hubo resistencia por parte de la ministra, quien se sintió fortalecida por el respaldo del presidente Javier Milei y por haber ganado las PASO. Demandó una representación acorde a su momento político actual. Por eso, se resolvió que Soledad Martínez, mujer de confianza de Jorge Macri y actual intendenta de Vicente López, sea vicepresidenta primera y Damián Arabia, hombre de Bullrich y actual diputado nacional, vicepresidente segundo. La funcionaria, por su parte, será nombrada Presidenta de la Asamblea del PRO. 

Desde el lado de Macri afirman que se sienten satisfechos con el arreglo ya que “el 80% de los espacios del Consejo Directivo lo ocuparán dirigentes alineados con el ex presidente y que incluso formaron parte del equipo de Larreta”. ¿Qué se juega en estas elecciones internas? La renovación de presidente, las dos vicepresidencias, la secretaría general (elegida por el Consejo), 25 consejeros y vocales. 

La ministra consideraba que le correspondía contar con cerca del 50% de la representación de cargos dentro del PRO. En cambio, Macri apostaba a una distribución con equilibrio territorial que contemplara al resto de los actores clave del partido como una forma de licuar el poder de la ministra. Lo cierto es que prácticamente todas las figuras de peso apoyaron al dirigente porteño: su primo en CABA, Rogelio Frigerio en Entre Ríos, Nacho Torres en Chubut, intendentes bonaerenses, diputados y senadores. El apoyo no fue gratuito y se pagó su lealtad con lugares claves. Diego Santilli, María Eugenia Vidal, Soledad Martínez, Ignacio Torres, Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Guillermo Montenegro (intendente de Mar del Plata) integrarán el Consejo. 

Si bien Macri y Bullrich coinciden en la idea de una alianza con Milei, difieren en las formas. La funcionaria apunta a una convergencia, pero el líder del espacio amarillo busca algún tipo de vinculación equilibrada que no le haga perder su autonomía y libertad, y, vale decir, que no lo deje pegado si las cosas se complican. De la manera en la que se concrete, lo cierto es que este acercamiento le permitirá contar con algún margen de maniobra a un oficialismo que tiene una debilidad parlamentaria evidente. 

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