Así lo anunció el gobernador Rodolfo Suarez. Estará ubicado en el predio que ocupó el Hospital Emilio Civit en el Parque San Martín. Está previsto que las obras comiencen en 2023.
Quino, el papá de Mafalda, tendrá un espacio cultural que, además de llevar su nombre, será un recorrido por sus obras para rendirle homenaje. El museo se levantará en Mendoza, su provincia natal. Así lo anunció su gobernador, Rodolfo Suarez, quien aportó el dato de su ubicación: será en el predio que ocupó el Hospital Emilio Civit, en el Parque San Martín, que dejó de funcionar en 1992.
Según las palabras de Suarez, «la recuperación y puesta en valor de este espacio, además de sumar a la oferta cultural de la provincia, nos permitirá mantener vivo su legado». Aprovechó también para agradecer a los familiares «por ponerse a disposición para poder llevar a cabo este proyecto», quienes también presenciaron el acto de la firma del convenio. Aseguró que es parte de un plan que lleva adelante la provincia para «generar y recuperar espacios que resguarden los valores culturales y permitan exponer la obra de artistas que pusieron a nuestra provincia en lo alto, como él lo hizo».
Junto a familiares de Joaquín Lavado, Quino, firmamos el convenio para concretar el espacio cultural que llevará su nombre. Un multiespacio para revivir la obra del artista universal, que estará emplazado en el predio que ocupó el Hospital Emilio Civit en el Parque San Martín. pic.twitter.com/SV9N2pTnjb
— Rodolfo Suarez (@rodysuarez) December 2, 2022
Se tratará de una obra importante que supondrá una inversión de 700 millones de pesos e implicará la recuperación del edificio que se inauguró en 1907 en Mendoza y que fue el primer hospital público de esa provincia. Está previsto que las obras comiencen en 2023.
Según el Diario Los Andes de Mendoza, Julieta Colombo, sobrina de Quino y curadora de su obra, expresó tras recorrer junto a las autoridades el predio donde será emplazado el museo: “Para los mendocinos es una enorme alegría y un orgullo” refiriéndose al emprendimiento. Y destacó que el museo hará posible que quienes lo visiten se encuentren con el estudio en el cual el maestro Quino trabajó e ideó una obra que traspasó fronteras”.
Y agregó: “Es un proyecto que tenemos con el Gobierno de Mendoza desde antes de la pandemia. Estamos muy contentos de que se haya podido hacer y de que Mendoza tenga un espacio para las obras de Quino. Hay un montón de ideas en la cabeza pero, fundamentalmente, no se perderá su esencia y lo que fueron sus inicios en el modesto estudio donde él se inspiró (…) vamos a preservar su figura como el artista que fue. Esa es la idea principal.”
Sin duda, el personaje de Mafalda marcó un antes y un después en el mundo del humor gráfico. No solo fue y continúa siendo uno de los más populares de la Argentina, sino que traspasó ampliamente los límites del país y las tiras que la tienen como protagonista fueron traducidas a más de 30 idiomas.
Quino dijo que nunca pudo explicarse del todo el éxito de su personaje, e incluso pensaba que había eclipsado parte de su obra en la que mostró un dibujo mucho más elaborado, según su criterio. Durante casi una década, entre 1964 y 1973, Mafalda encarnó los ideales de una generación. “Mi período de mayor optimismo fue en los años 60″, dijo Quino, «cuando el mundo parecía que el mundo iba a cambiar para bien.”
Cuando hace ya muchos años fue presentada la traducción francesa de todas las tiras de Mafalda en el Salón del Libro de París, expreso con un humor en el que se vislumbraba también una cierta resignación ante lo inexplicable de su éxito: “Mafalda no está mal, pero a mí me hubiera gustado más ser Picasso.”
Cuando la tira dejó de salir, muchos de sus seguidores reclamaron su continuación, pero Quino consideró que los cambios históricos del país ya no hacían posible su continuidad. Cuando se le preguntaba por el destino que hubiera tenido la niña rebelde y antisopa, de haber continuado su historia, su autor contestaba sin dudar que, sin duda, hubiera sido una desaparecida.
Sin embargo, la pequeña a la que supo dar vida reactualiza de manera constante su vigencia y presencia, la necesidad de traerla a la actualidad para explicar(nos) las mismas contradicciones y disparidades que ella cuestionaba. No habrá cumplido su sueño de ser Picasso, pero Quino también tendrá un museo que le rinda homenaje y, tal vez (o indudablemente), la cosecha de un mayor cariño transversal a varias generaciones.