Primavera Sound nos regaló un feliz domingo

El sol pegó fuerte durante el día. La luna llena nos iluminó de noche. La segunda jornada del festival fue hermosa y unió a generaciones tanto arriba como abajo del escenario.

Por C. D.

El sábado Dillom había tocado «Nos siguen pegando abajo». Al día siguiente, Milo J también tomó la posta y metió una versión propia de «Los Dinosaurios». Charly García -y su posicionamiento contra la dictadura- dijo presente en la edición 2023 de Primavera Sound Buenos Aires. 

Pero no fue la única manifestación política que vimos: la arenga «el que no salta votó a Milei» se escuchó tanto durante el show del autor de Post Mortem como en el recital de Blur. Lo que pasó con la banda inglesa fue simple: días antes Damon Albarn se lamentó porque dos países de Latinoamérica votaran a la ultra derecha y una vez acá, enfrente de la multitud, aclaró que no iba a hablar «de política», en un claro guiño. Por eso la masa saltó y coreó para completar el mensaje. 

Era lógico que pasaran estas cosas en el encuentro cultural más importante tras el balotaje. El festival, co-organizado entre Primavera Sound y las locales DalePlay, Move y PopArt, atrajo a más de 55 mil personas por jornada y -por su curaduría artística- atrajo a familias completas. Las remeras de rock que vimos a lo largo de las dos jornadas en el Parque Sarmiento incluían desde bandas nuevas como Ryan, que forman parte de una escena de bares y clubes porteños, o clásicos como The Rolling Stone y -desde ya- de grupos como Blur o The Cure que fueron headliners internacionales. 

El sábado había cerrado con la fuerza y nostalgia de Robert Smith, quien se emocionó profundamente por la velada, y el domingo el encargado de despedir al festi fue Damon con los clásicos de una banda que es tierna, divertida y sucia a la vez. Aportaron un brit-pop perfecto a un día en el que sonaron el synthpop y el dance de Pet Shop Boys, el rock alternativo de Beck y momentos inolvidables de la escudería nacional de Turf, Virus y Milo J. Cantamos, bailamos y nos emocionamos cuando en desde el escenario Heineken sonaron «Devil´s Haircut», «Loser» y «Where it´s at?» de Beck o  «Coffee and TV», «Girls & Boys», «Song 2», «Tender» y «The Universal» de Blur. Y, por supuesto, en los momentos que el escenario Primavera se encendió con el pogo de Turf (que Joaquín Levinton usó para bromear con que era más grande que el de Jijiji) y cuando Pet Shop Boys metieron sus éxitos como «Domino Dancing», «It´s a Shame», el cover de Village People «Go West», «West End Girls» y «You´re Always in my Mind»; y bailables versiones de «Where the Streets Have No Name», de U2, y «I Can´t Take my Eyes Off You».

Los escenarios Barcelona y Nobody is normal sirvieron, como siempre, para amplificar el mensaje de artistas más emergentes. Algunos con más impacto como Milo J y otros que están en pleno desarrollo y crecimiento como Ryan. 

El polo gastronómico y de descanso sirvieron como punto de encuentro y reencuentro en los dos días -ambos muy calurosos. «Por suerte no hace 60 grados de calor, no saquen sus celulares porque se derriten», se rió Levinton durante su show con Turf, aunque nada impidió que la gente usara sus energías para saltar y bailar.

«Voy a volver, los extrañé», disparó en algún momento Beck, repitiendo la promesa que la noche anterior había realizado un Robert Smith feliz. La frase nos podría servir a nosotros mismos, también, y prometerle al Primavera Sound que vamos a volver todas las veces que se realice la edición porteña. Porque cuando no somos felices con la música, lo extrañamos.