En la declaración dijeron que cambiaron y borraron información de los dispositivos que podrían ser evidencia en el caso del intento de magnicidio de Cristina Fernández.
Dos asesoras del diputado nacional de Juntos por el Cambio (JxC) Gerardo Milman entregaron este jueves sus teléfonos celulares al fiscal federal Carlos Rívolo, al declarar por segunda vez en la causa por el intento de magnicidio a Cristina Fernández de Kirchner.
Según un declaró en la causa un testigo, ambas se encontraban con el diputado en el bar donde se habría referido al intento de homicidio de la vicepresidenta, dos días antes de que ocurriera. Carolina López Mónaco e Ivana Bohdziewicz declararon que hicieron modificaciones a los dispositivos antes de entregarlos.
Las declaraciones se dieron en el marco de la denominada «Pista Milman», en la que se investiga si efectivamente el diputado de JxC tenía conocimiento de que el 1 de septiembre se produciría un ataque contra la dos veces expresidenta Fernández de Kirchner. Carolina Gómez Mónaco declaró que había cambiado de aparato mientras que Ivana Bohdziewicz adelantó que borró información vinculada con su intimidad, según información de Télam.
Ambas asesoras reiteraron la declaración de su primer testimonio y negaron que su jefe hubiese dicho «cuando la maten voy a estar camino a la costa», en referencia a la vicepresidenta. Además negaron haber participado de la elaboración o haber tenido contacto alguno con los proyecto legislativos en los que Milman se refirió a la custodia vicepresidencial.
Cuando el fiscal Rivolo le pidió su celular a Gómez Mónaco dijo: «Quiero aclarar que yo cambié el teléfono la semana pasada, y el anterior lo tiene mi hermana actualmente. Cuando cambié el teléfono, -pero no el número- pasé al nuevo las cosas más importantes, pero en las aplicaciones como Whatsapp, están las conversaciones que yo tenia en el aparato anterior que utilizaba previamente».
Por su parte, Bohdziewicz confirmó que tenía conversaciones con Milman en su celular aunque sorprendió con su respusta: «Si, de temas laborales. Pero quiero aclarar que las borré. Tanto los mensajes como las fotos, porque sentí que se podía violar mi intimidad si me pedían mi teléfono«.
«Yo borré todo porque no había posibilidad de seleccionar solo algunas cosas y tenía fotos intimas mías comprometedoras. Para eso me asesoré. De todas formas, quiero aclarar que nunca hablé de nada relacionado con el atentado a la Vicepresidenta en cuanto a una participación criminal en el mismo. Si hemos hablado sobre el tema del atentado, desde el punto de vista de lo que se escuchaba por los medios», continuó.
Las contradicciones en sus primeros testimonios en relación a sus respectivas presencias en la confitería Casablanca y al tema de conversación de aquel encuentro habían motivado que en su momento la querella reclamara que se les secuestren los teléfonos celulares.
Ante la negativa de las asesoras que en principio se resistieron a entregar sus celulares, surgieron fuertes críticas de los abogados de la querella, José Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal, hacia el trabajo de la jueza Capuchetti. Los dispositivos se encuentran actualmente a en manos del personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria para que se les realice la extracción de información que pudiera ser útil para la investigación.