Norita de la Plaza, el pueblo te abraza

Vivió 47 años como una argentina más pero la dictadura secuestró a uno de sus hijos y se inició en un camino de lucha. Vivió otros 47 años más pero como una de las Madres que inspiran a todo el mundo.

Por Cecilia Díaz

Vivió 47 años como Nora Morales de Cortiñas. Y vivió luego otros 47 años como Norita Cortiñas, la Madre de Plaza de Mayo que estaba presente en toda lucha de la clase trabajadora. 

Nació en 1930 y tuvo una vida como cualquier otra madre argentina hasta que en 1977 su hijo Gustavo Cortiñas fue desaparecido por la última dictadura cívico-militar argentina. Tenía 94 años y ayer, en coincidencia con los jueves de rondas en Plaza de Mayo, Norita murió por problemas de salud.

La noticia enlutó a la Argentina militante porque su partida significa una gran pérdida para quienes salen a la calle a reclamar ante las injusticias. Desde el principio Norita siempre guió al resto -intuitivamente y sin planificarlo. «Siempre del lado Norita de la vida» fue una de las frases más utilizadas en redes para describir el dolor por su muerte pero también el orgullo de haber compartido marchas, actos y encuentros de mujeres con una de las personas más combativas y amorosas que tuvo nuestro país. 

Norita, la del pañuelo blanco en la cabeza y el verde en su muñeca izquierda, siempre estuvo (y siempre estará). «Las Madres aprendimos a terminar las marchas cantando, bailando y demostrando que el daño que nos hicieron llevándose a nuestros hijos e hijas no pudo cortar ese amor basado en la esperanza de la lucha y que vamos a seguir luchando por la verdad y la justicia, que vamos a seguir en la calle», expresó ella misma tres años atrás en una entrevista con el canal Encuentro. Y así será: Norita estará presente en cada una de las luchas. Presente. Ahora y siempre. Por siempre.