La artista tocó ante un Movistar Arena repleto de fans que cantaron de principio a fin todas sus canciones. La emoción, a flor de piel.
Por Manuel Isasti
Veinte minutos de espera no son nada si se trata de La Sandunguera. Nathy Peluso volvió a brillar en Buenos Aires, una vez más, en una noche llena de emoción, alegría y “peluquines al viento”.
Anoche el Movistar Arena (a pesar de estar colmado de fans con remeras y gorras con la leyenda GRASA) fue íntimo gracias a la calidez del show de Nathy. Esta vez pudimos apreciar la versión más sentida de la artista, quien en más de una oportunidad se emocionó y manifestó encontrarse en un gran momento personal y laboral. Equilibrio que encontró en el proceso creativo de GRASA, su último trabajo de estudio, contó ella desde el escenario de este venue (uno de los más elegidos por artistas de acá y el mundo que visitan nuestro país).
Versatilidad es la palabra que conceptualiza a GRASA. La argentina residente en España a lo largo del show hizo un repaso por su tercer álbum de estudio en el que fusiona géneros como rap, el R&B, baladas, música tropical y el pop dosmilero. Pero no solo eso, también hubo momento para los clásicos.
Peluso arrancó con “Corleone” y la siguió “Delito”, perteneciente a su album anterior, Calambre. La versión solista de “Ateo”, tema que comparte con C Tangana e interpretó con él en mismo venue años atrás, se llevó los primeros pasos fuertes. Sin embargo el momento culminante de la noche -organizada por DF- llegó con “Todo Roto”, con una explosiva interpretación que desató una ovación memorable para el single que se viralizó en redes sociales y dejó en claro todo el power que tiene GRASA.