Un informe del Centro de Estudios Metropolitanos arrojó datos sobre el aumento de la precariedad e informalidad laboral en Argentina.
Entre el primer y el segundo trimestre del 2022 creció la precariedad laboral en el país, según el último informe del Centro de Estudios Metropolitanos (CEM) con datos de la Encuesta Permanente de Hogares que realiza el INDEC. En concreto, en Argentina el 45,3% de los 20 millones de trabajadores ocupados se desempeña en condiciones precarias.
La tendencia que arrojan los datos del CEM indica que a partir del año 2015 el crecimiento de esta situación ha sido sostenida. Los trabajadores precarizados son quienes se ven afectados en mayor medida por una inflación sostenida en niveles muy altos que opera como un freno para la recuperación del ingreso.
El aumento en el número de ocupados entre los dos períodos analizados puede explicarse a partir de la mayor cantidad de puestos precarios (+8% asalariados informales y +2% cuentapropistas precarios) mientras que no se han creado nuevos puestos en el sector asalariado formal (+0%).
Con la relativa desaceleración económica que atraviesa el país, más trabajadores saldrían a buscar “changas”, lo que refleja un freno en el crecimiento de cuentapropistas precarios o de baja calificación y un crecimiento significativo y sostenido de trabajadores asalariados informales. Según el informe, esto podría delinear una matriz laboral y productiva preocupante con cada vez menos trabajadores que gocen de derechos laborales.
“La narrativa que sectores de la derecha liberal intenta imponer como hoja de ruta ya empieza a materializarse de hecho en la estructura laboral argentina y deberá corroborarse, o no, en el próximo período”, explica el estudio realizado por Mariana Lucía Sosa e Ignacio Smith del área Trabajo y Producción del CEM.
La problemática para sostener un nivel real de ingresos para este sector de los argentinos se ve agravada por la falta de cobertura legal, sindical o instancias de negociación paritaria. En cifras, del total de la masa laboral, el 46% son asalariados formales, el 28% son asalariados informales, el 17% son cuentapropistas en puestos de baja calificación, el 5% cuentapropistas en puestos de alta calificación y el 3% restante se encuentra en puestos de dirección.