Más de 250 magnates quieren pagar más impuestos

Firmaron una carta abierta dirigida a los representantes políticos de 17 países reunidos en el Foro de Davos para que introduzcan nuevos impuestos sobre la riqueza en un intento de corregir la extrema desigualdad. 

Los ricos quieren pagar más (por más inverosímil que suene). Unos 250 multimillonarios y millonarios de 17 países firmaron una carta abierta en la que le exigen a los líderes políticos reunidos en el Foro de Davos que introduzcan nuevos impuestos sobre la riqueza. 

“Nuestra petición es simple: les pedimos que nos graven a nosotros, los más ricos de la sociedad”, afirman los ricos en la carta abierta titulada “Orgullosos de pagar”. “Esto no alterará fundamentalmente nuestro nivel de vida, ni privará a nuestros hijos, ni perjudicará el crecimiento económico de nuestras naciones. Pero convertirá la extrema e improductiva riqueza privada en una inversión para nuestro futuro democrático común”, continúan. 

Entre los firmantes figuran la heredera de Disney, Abigail Disney; Brian Cox, que interpretó al multimillonario de ficción Logan Roy en Succession; el actor y guionista Simon Pegg; y Valerie Rockefeller, heredera de la dinastía estadounidense.

Incluso más, se atreven a cuestionar sus privilegios admitiendo que surgen de un orden que asegura la extrema desigualdad: “Somos las personas que más nos beneficiamos del statu quo. Pero la desigualdad ha alcanzado un punto de inflexión, y su coste para nuestra estabilidad económica, social y ecológica es grave, y aumenta cada día. En resumen, necesitamos actuar ya”.

Survation realizó una encuesta a superricos en nombre del grupo de campaña Patriotic Millonaires, y los resultados arrojaron que el 74% apoya el aumento de los impuestos sobre la riqueza para ayudar a hacer frente a la crisis del coste de la vida y mejorar los servicios públicos. El sondeo fue hecho a más de 2.300 encuestados de países del G20 que poseen más de un millón de dólares (920.000 euros) en activos invertibles, excluidas sus viviendas, lo que les sitúa en el 5% de los más ricos.

El 58% de los encuestados apoya la introducción de un impuesto del 2% sobre el patrimonio de las personas con más de 10 millones de dólares, y el 54% piensa que la riqueza extrema era una amenaza para la democracia.

Cox, actor ganador de un Emmy y un Globo de Oro, declaró: “Estamos viviendo una segunda 'Edad Dorada'. Los multimillonarios utilizan su extrema riqueza para acumular poder político e influencia, socavando al mismo tiempo la democracia y la economía mundial. Ya es hora de actuar. Si nuestros cargos electos se niegan a abordar esta concentración de dinero y poder, las consecuencias serán nefastas”.

La movida se relaciona con otro informe: el de Oxfam Internacional. Allí la organización reveló que el 1% más rico acumula casi el doble de riqueza que el resto de la población mundial en los últimos dos años. Por primera vez en 25 años, la riqueza y la pobreza extremas en el mundo se incrementaron simultáneamente.

"Mientras la gente corriente hace sacrificios diarios en lo esencial como los alimentos, los súper ricos han superado incluso sus sueños más osados. Tras solo dos años, la presente década ya se perfila como la mejor hasta la fecha para los multimillonarios: una década dorada de bonanza económica para los más ricos del mundo", afirma Gabriela Bucher, directora ejecutiva de Oxfam Internacional.

"Aplicar mayores impuestos a los súper ricos y a las grandes empresas es una puerta de salida a las múltiples crisis a las que nos enfrentamos actualmente. Es hora de derribar el mito de que los recortes fiscales para los más ricos terminarán de alguna manera beneficiando al resto. Cuarenta años de rebajas fiscales para los súper ricos han demostrado que las oleadas de privilegios solo terminan por beneficiarlos a ellos”, agrega.

Desde 2020, con la pandemia y la crisis del coste de la vida, el 1 % más rico acaparó 26 billones de dólares (el 63 % de la nueva riqueza generada), mientras que tan solo 16 billones de dólares (el 37 %) llegaban al resto de la población mundial. Por cada dólar de nueva riqueza global que percibe una persona del 90 % más pobre de la humanidad, un multimillonario se embolsa 1,7 millones de dólares. La fortuna de los multimillonarios creció a un ritmo de 2700 millones de dólares diarios.

Mientras tanto, al menos 1700 millones de trabajadoras y trabajadores viven en países donde el crecimiento de la inflación se sitúa por encima del de los salarios, y más de 820 millones de personas en todo el mundo (aproximadamente una de cada diez) pasan hambre. Las mujeres y las niñas suelen comer en último lugar y en menores cantidades en los hogares, y representan casi el 60 % de la población mundial que padece hambre, lo que demuestra que incluso la pobreza las perjudica más en ellas.

Según el Banco Mundial, podríamos estar ante el mayor incremento en la desigualdad entre países y la pobreza desde la Segunda Guerra Mundial. Los más pobres destinan cuatro veces más recursos al servicio de la deuda (en manos de ricos acreedores) que a los servicios de salud pública. Tres de cada cuatro Gobiernos del mundo tienen previsto recortar el gasto público por un importe total de 7,8 billones de dólares aplicando medidas de austeridad durante los próximos cinco años, lo que se extiende a los sectores de la salud y la educación. 

“Décadas de recortes y privilegios fiscales para las grandes fortunas y grandes empresas han sido cómplices del aumento de la desigualdad, de tal forma que, en la práctica, en muchos países, las personas con rentas más bajas acaban pagando tipos impositivos efectivos superiores a los que tributan los milmillonarios”, concluyen.

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