Visitó el Palacio de Planalto y la Corte Suprema en Brasilia para evaluar los destrozos, y decretó la intervención federal del distrito hasta el 31 de enero. Aseguró que los culpables serán encontrados y punidos.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, visitó en la noche de este domingo el Palacio del Planalto (sede de Gobierno) y la Corte Suprema en Brasilia para evaluar los destrozos que dejaron los seguidores del exmandatario, Jair Bolsonaro, cuando intentaron realizar un golpe de Estado con un ataque dirigido hacia los tres poderes ayer por la tarde.
El interior del Congreso, el Supremo Tribunal Federal (STF) y el Palacio del Planalto fueron desocupados luego de una operación que contó con la tropa de choque y el lanzamiento de gases lacrimógenos desde helicópteros.
Según las autoridades, y con versiones desencontradas entre el ministro de Justicia, el gobernador de Brasilia y la policía de la capital, cerca de 400 personas fueron detenidas por los ataques a los edificios gubernamentales.
Por la tarde, el Presidente decretó la intervención federal del distrito de Brasilia «con el objetivo de poner fin al grave comprometimiento del orden público», que fue comunicada en un mensaje televisado.
La intervención dispuesta será hasta el 31 de enero para poner fin a los actos de violencia acontecidos, y prevenir unos potenciales.
Decreto assinado por Lula para intervenção federal no Distrito Federal. #EquipeLula pic.twitter.com/1gHjIuDGLf
— Lula (@LulaOficial) January 8, 2023
En su discurso en San Pablo, Lula calificó de «nazis» y «fascistas» a los perpetradores del ataque, y delegó parte de la responsabilidad en las fuerzas de seguridad, que estuvieron en «falta».
«Lamentablemente, la que tenía que hacer la seguridad del distrito federal era la policía militar del distrito federal y no lo hizo; hubo una incompetencia, mala voluntad o mala fe, ustedes vieron las imágenes de cómo los acompañaban (a los manifestantes)», comentó. Aseguró que esos uniformados serán «punidos de forma ejemplar» y que «no son confiables».
Lula se pronuncia sobre atos antidemocráticos https://t.co/c2Wnk9X39F
— Lula (@LulaOficial) January 8, 2023
Los sectores golpistas destrozaron las oficinas de la Corte Suprema y las que se encontraban continuas a la de Lula en el Palacio, además de obras de arte que formaban parte del archivo nacional. La única que quedó exceptuada de los ataques, solo porque no pudieron abrirla, fue la del Presidente ya que tiene una puerta reforzada. Incluso se sentaron en la silla del presidente del Senado ridiculizando al gobierno y burlándose de la situación.
«Quiero decir que todas las personas que hicieron esto serán encontradas y serán punidas«, dijo Da Silva en Araraquara, estado de San Pablo, donde estaba de visita por una tragedia provocada por las inundaciones de la semana pasada. Agregó que van a «descubrir quiénes son los financistas de estos vándalos que fueron a Brasilia», además de asegurar que «los terroristas pagarán con la fuerza de la ley este gesto antidemocrático».
Lula también responsabilizó a su antecesor, Jair Bolsonaro, a quien llamó «genocida», al afirmar que fue quién «estimuló la invasión a los tres poderes siempre que pudo». Acusó al agronegocio y a «las mafias de la minería ilegal» de financiar estos movimientos golpistas.
Cronología del ataque antidemocrático
Más de 80 ómnibus habían llegado el sábado a la capital federal para una manifestación. Éstos habían llamado la atención del ministro de Justicia, Flavio Dino, quien había advertido de la situación al gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, un bolsonarista que, según lo marca la Constitución, es el encargado de la seguridad en el Distrito Federal.
Luego, el funcionario activó un protocolo para que durante las siguientes horas llegaran refuerzos policiales a Brasilia y, para eso, se pidió ayuda a otros estados. En ese momento, el ministro añadió en conferencia de prensa para respaldar su maniobra: «no lograrán destruir la democracia brasileña».
A partir de la escalada de los hechos violentos, aconteció una reunión de emergencia entre el Presidente y sus ministros de Defensa, José Mucio Monteiro, de Justicia, Flavio Dino, y de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha, para tratar la situación y decidir los pasos a seguir. La cumbre debió ser realizada por videoconferencia ya que, como se mencionó, el jefe de Estado se encontraba en Araraquara.