Ideas sobre la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe

La consigna del evento que se llevó a cabo desde el lunes en el Centro de Convenciones del Hotel Sheraton fue “La sociedad del cuidado: horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género”.

Este viernes finalizó la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe que había comenzado el pasado lunes. Se trata de un órgano subsidiario de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que se convoca con carácter permanente y regular (en un plazo no mayor a tres años) para identificar la situación regional y subregional respecto a la autonomía y derechos de las mujeres, presentar recomendaciones para políticas públicas de igualdad de género y brindar un foro de debate sobre la igualdad. 

En esta oportunidad, Argentina fue el lugar de la reunión y la consigna que guió el encuentro este año fue “La sociedad del cuidado: horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género”. El documento, desde la perspectiva de desarrollo que propone la CEPAL, “recoge la preocupación por la necesidad de un cambio de paradigma”. Denuncian que las múltiples crisis de los últimos años pusieron en evidencia que el modelo de desarrollo actual es insostenible y no logra dar respuesta a las brechas estructurales que afectan a la mayoría de la población. Aunque las brechas se agudizan cuando se trata de mujeres.

Pero, ¿de qué se habla cuando se nombra a la sociedad del cuidado? El pasado 9 de noviembre el Indec publicó una Encuesta de Uso del Tiempo que demostró cómo las mujeres hacen el doble de trabajo no remunerado del que hacen los hombres. Mientras ellas dedican de manera diaria seis horas y media, ellos solo dedican tres horas cuarenta minutos. 

Fuente: Indec

El trabajo no remunerado contempla todo lo que hace a las tareas domésticas y de cuidado. Es un trabajo que no solo no está pago, sino que también está distribuido de manera desigual. Esto responde a la división sexual del trabajo: la repartición de trabajos no tienen un anclaje natural, sino que responden a roles socialmente construidos que se consolidan en estereotipos y responden a una lógica patriarcal. A esto responde la organización social del cuidado. 

Hay profundas desigualdades que marcan las relaciones sociales y que limitan, dice el informe de la CEPAL, la autonomía económica, física y la toma de decisiones de las mujeres y las niñas. El estudio afirma que esta desigualdad tiene su expresión en la crisis prolongada de los cuidados, “ante una demanda que se resuelve con la sobrecarga de trabajo no remunerado en los hogares, la pobreza monetaria y de tiempo que las afecta, y también su endeudamiento para poder afrontar la demanda de cuidados, que crecerá los próximos años debido a las tendencias demográficas y epidemiológicas”.

La pandemia colocó en el centro de debate esta cuestión porque expuso los lugares de primera línea que las mujeres ocuparon para darle una respuesta: en el campo de la atención sanitaria, en el trabajo doméstico, en los servicios comunitarios, y como trabajadoras de cuidado en los centro de niños y niñas, personas mayores y en situación de discapacidad.

Que sea trabajo no remunerado, no significa que sea invisible y no se esté produciendo algo allí. Por eso la CEPAL resalta no solo la «importante contribución a la reproducción social», sino también el aporte a la economía en general: «en al menos diez países en los que se ha medido, la contribución del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado representaría entre un cuarto y un quinto del PBI. El 74% de ese aporte lo realizan las mujeres». 

Cuando las crisis se profundizan y multiplican, “son las mujeres quienes amortiguan los efectos mediante una intensificación del trabajo no remunerado”. Por eso, para alcanzar una sociedad de cuidado igualitaria, lo que plantean es discutir una redistribución de las tareas domésticas, así como también garantizar desde la política mecanismos de participación que permitan construir «sociedades más democráticas, participativas, plurales e inclusivas».