“Es importante hacer grupos de contención”

Hablamos con María Belén Correa, fundadora del Archivo de Memoria Trans y con Manuel Sinde de El Teje para repensar ¿Cómo se trataba la salud mental en otras generaciones queer y qué salidas hay ahora?

Foto del Archivo de Memoria Trans

Por Rosario Rousseaux

No existe una manera correcta de explorar y descubrir la propia identidad sexual y de género. Tampoco existe una edad ni momento perfecto para compartirlo con el mundo. Pero no hay dudas de que las nuevas generaciones encontraron el espacio y la información para permitirse esta exploración. El por qué es una combinación de infinitos factores que va desde el avance de políticas públicas para el colectivo LGBTQ+ hasta la incansable lucha que cada año, y desde hace décadas, toma las calles por asalto para pintarla de arcoiris. 

Por eso tal vez hoy hay más jóvenes que pueden reafirmar su identidad de género y sexualidad, aunque todavía puede ser un momento difícil, y peligroso, con varios obstáculos desde las familias hasta el sistema educativo. “Salir del clóset” trans es hoy y fue siempre un momento crítico para la vida de una persona. 

En este sentido, el asunto de la salud mental no es nuevo pero recién ahora se le presta más atención. Y es que la tasa de suicidios de jóvenes LGBTQ es una de las más altas y todavía los prejuicios y la falta de inclusión representa una amenaza para la psiquis, especialmente de les adolescentes e infancias trans. ¿Qué pasaba antes? Desde Datta hablamos con María Belén Correa, fundadora del Archivo de Memoria Trans, para revisar cómo llegamos hasta acá y entablar un puente que recuerde a la juventud el pasado de su colectivo para seguir construyendo su futuro. 

María Belén Correa y Claudia Pía Baudracco – Archivo de la Memoria Trans

Cuando estás en el medio de una tortura no te estás poniendo a analizar psicológicamente qué es lo que te esta pasando”, reflexiona Correa, activista historica que con sus 50 años y fundadora en 1993 de la Asociación Travestis Transexuales Transgéneros Argentinas (A.T.T.T.A). Ella dice que es clave poner en contexto de época al colectivo: “Era una época violencia en la cual no es que ‘salías’, te empujaban o te pegaban una patada afuera del clóset, porque si te descubrían a los 12 años te echaban de tu casa, entonces no tenías espacio para revisar tu salud mental”. 

El tiempo para repensarlo vendría después, “quizás con sus 50 años”, pero la activista considera que hoy en día hay más información para las familias, que pueden “tener o no esa violencia pero es distinta a la que había en los 70s o en los 80s”. Correa recuerda que para algunas de sus amigas incluso ni siquiera dependía de sus padres porque estan dentro de un reformatorio. “O salías o te sacaban del closet. No te daba tiempo para que vos pudieras analizar que querías hacer de tu vida o cómo querías enfocar tu sexualidad”.

La ignorancia sobre las distintas identidades sexuales y de género era gran parte del problema. “Hoy, una vez informados, los padres pueden ver si mato a golpes a mi hijo para tratar de ‘corregirlo’ o lo acompaño con su identidad lo dejo ser libre no me interesa”, considera Correa. Pero recuerda que “las opciones anteriores eran o te aceptaban y se enterraba toda la familia por ‘el qué dirán’ o directamente la expulsión para que la ‘oveja negra’ no manchara al resto de la familia”. 

“Ahora tal vez pueden empezar a contar para empezar a curar. Y no lo hacen en terapia sino que lo cuentan entre sus amigas”, apunta la militante. “En los testimonios que juntamos en el Archivo no hay chicas que se hagan estas preguntas. Porque ya sabemos las experiencias, pero no podemos compararlo con el hoy en día porque era otro contexto”.

¿Qué le dirías a une joven que está repensando su identidad en este momento para que pueda cuidar su salud mental?

-«De la juventud a mí lo que me interesa es que sepan lo que pasó antes para que sepan desde dónde venimos. Esa es mi conexión con la juventud. Como consejo diría que todos nos equivocamos, pero podes buscar compañía, no estar solo para evitar situaciones depresivas que pueden desembocar en suicidios. Antes nos mataban, ahora la juventud se mata sola. Pero es esto mismo por una cuestión de vacío, de no sentirse acompañados. Hay gente que se siente sola estando rodeada de gente. Por eso es importante hacer grupos de contención entre la comunidad y espacios seguros para que no lleguen a esos extremos».

Bienvenides al tren

La búsqueda de construir comunidad parece ser el factor común de la generación de Correa y sus compañeras del Archivo y la juventud centennial. Y es que todo el tiempo se están formando proyectos y espacios para reforzar esos lazos. El año pasado surgió El Teje, un lugar que busca generar visibilidad travesti, trans, no binaria y a su vez funciona como un puente generacional entre las personas de la comunidad y con las personas cis.

Manuel Sinde tiene 28 años y junto a Juana Molinari fundaron esta organización que primero fue un evento de emprendedores, DJ sets y charlas pero se fue convirtiendo en una comunidad de talleres para infancias libres, con invitación especial a niñez trans. 

“No se si hay más jóvenes repensando su género que antes, seguramente seamos más visibles, pero veo que el rango etario es más amplio. Tenemos El Teje Kids con infancias que tienen 4 años y son personitas trans y eso si es una locura porque yo pude transicionar recién a los 26 años”, cuenta Manuel en diálogo con Datta.

Para él lo más impactante es que cada vez se explore la identidad desde mas chiques “porque no es algo lineal, no creo que ninguna transición sea lineal, toda la vida se está transicionando y no hay un solo camino para hacerlo”.

Foto: El Teje @elteje

Aparte de formar comunidad, y al igual que Correa, Manuel hace énfasis en el rol clave de la representación:  “La ignorancia y la falta de representación hicieron que muchas de nuestras transiciones sean muy tardías».

Poder encontrarse en la experiencia de otra persona, para Manuel, es una forma sana de poder explorar libremente la propia identidad. “Lo de la salud mental es re loco porque es un proceso que te lleva todo el tiempo. No es que transicionás y ya está. Quienes no seguimos una transición binaria todo el tiempo salimos del clóset”.

Manuel cuenta que pudo hacer su transición tarde, que encontrarse con Flor de la V en la tele como única referencia trans no ayudó y que ahora, todavía, es percibido como una “lesbiana masculina” y fuera de su burbuja no se le reconoce su identidad. “Yo voy al supermercado y tengo que aclarar que soy un varón porque me tratan en femenino. Todo el tiempo, cada cosa que haga y lugar al que vaya yo tengo que salir del clóset. Eso cuesta mucha salud mental”.

Y al parecer, la voz de la experiencia de Correa también es acertada cuando se preocupa por la soledad de las nuevas generaciones. “Yo transicioné en la pandemia y los días estuve muy encerrado porque me daba mucho miedo y mucho vértigo pensar que me iba a quedar sin nada. Fue muy difícil y muy solitario”, recuerda Manuel. 

Pero también es cierto que existen más herramientas y contención en la actualidad. Sin ir más lejos, el fundador de El Teje, “por suerte” va a una “psicóloga que es una persona trans también y me hizo entender un montón de cosas que yo pensaba que me pasaban a mi solo y en realidad no”. En terapia Manuel descubrió que se pueden conseguir más herramientas para enfrentar el que considera el “principal problema con el que contamos las personas trans y es que el mundo no sabe tratarnos”. 

Para él, la sociedad todavía no está preparada para tratar con las nuevas -y no tan nuevas- identidades que llevan con orgullo sus banderas. “No saben cómo hablarnos y a veces prefieren no hacerlo y nos exponen a tener que salir todo el tiempo del clóset”, Manuel dice que todavía el mundo no está listo para varones con tetas, varones sin barba, varones con voz finita. 

“Por eso es importante que se saque el vanalismo al Mes del Orgullo y realmente se hable de la representación de distintas identidades trans y no binarias porque es muy importante verte en alguien y entender qué es lo que te pasa. Sobre todo para varones trans porque es nula la representación que tuvimos a lo largo de los años”, refuerza Manuel.

Entonces el contexto es clave para entender qué pasa con la salud mental y posibilidad de expresión del colectivo trans. Pero mientras que algunas cosas cambiaron y mejoraron, las bases fundamentales para resistir la violencia del mundo parecen resistir: Comunidad, información y orgullo.