Enfermeros y enfermeras de hospitales públicos sufrieron de la represión policial mientras reclamaban frente a la Legislatura porteña.
La agrupación Hospitales de la Ciudad, nucleada en ATE, y la Asociación de Licenciados de Enfermería (ALE) se movilizaron hasta la Legislatura porteña con la ilusión de que, finalmente, les dieran el reconocimiento profesional que demandan desde hace años, pero, a cambio, recibieron palos de la Policía.
“Nosotros los atendemos cuando los cagan a palos y los cagan a tiros”. La frase es de uno de los enfermeros que, junto a compañeras del sector, sufrieron la represión policial por realizar una protesta en la puerta de la Legislatura porteña mientras, puertas adentro, se debatían dos proyectos: uno del oficialismo y aliados, que mantenía su precarización, y otro, opositor, que les otorgaba reconocimiento laboral bajo el régimen que regula la actividad de todos los demás profesionales de la salud en CABA.
Triunfó el primero gracias a negociaciones de último momento y, de esa manera, el golpe fue total: la ilusión de obtener derechos laborales básicos se evaporó y recibieron bastonazos y gas pimienta. El pedido por la inclusión de la enfermería en la Ley 6.035 que regula el ejercicio de los profesionales de la salud en territorio porteño no es nuevo: viene desde el 2018, momento en que se creó esa normativa. Estar excluidos de dicha ley les implica cobrar un 50% menos de lo que legalmente deberían percibir. Y si bien la Justicia falló a favor de ellos en dos instancias previas, el Gobierno porteño sigue sin reconocerlos.
Por ese motivo, reclaman cobrar el 90% del sueldo de la categoría de ingreso a la carrera profesional e igual carga horaria con los demás trabajadores de la salud, ya que actualmente tienen jornadas de entre 12 y 14 horas. Además, la 6.035 también les permitiría acceder a derechos básicos, como licencias o vacaciones. Pero todo terminó en represión, tal y como sucedió en años anteriores, salvo contadas ocasiones.