El Indio Solari habló sobre Messi, la selección argentina y los festejos del campeón

El ícono del rock nacional aprovechó la oportunidad para elogiar la Lionel Messi y celebrar la alegría popular vivida en tanto sociedad.

El Indio Solari dio una entrevista en la que habló, como pocas veces, casi exclusivamente de fútbol. Pero claro que tenía que ser fútbol atravesado por lo político, la poética, lo popular, el rock. El músico se deshizo en elogios para la Selección, pero Lionel Messi fue indiscutidamente quien se llevó todos los aplausos. Además, celebró la alegría colectiva que se vivió y dijo que le gustó «que la gente aprendiese a valorar a esta Selección a partir de conceptos que iban más allá de lo futbolístico: el espíritu, el alma, la enjundia, el huevo».

El cantante dijo que vio una «alegría generalizada» que «reunió una multitud incomprensible. Un gentío demencial para nuestros parámetros pero que también lo hubiese sido en cualquier otro lugar del mundo. Una magnitud épica y epopéyica. ¡No faltó ningún extra!», celebró.

Sobre Messi, afirmó que lo vio jugar «con un alma invencible, delante de quien fuese», lo que reivindicó su papel de capitán. Tenía que serlo, «no solo en términos futbolísticos» y «se lo bancó. Y aún así fue dramático», destacó.

Además, reflexionó acerca de lo que debe sentirse ser Messi, «debe ser un disparate, como ser Maradona. ¿Sabes lo que es ir a Jakarta y seguir siendo Messi?», lanzó maravillado.

Destacó también el papel de Emiliano «Dibu» Martínez, y lo describió como un «psicópata divino».

Remarcó el carácter excepcional del fútbol argentino ante la mirada crítica europea que intenta desmerecer o rebajar la calidad y el estilo de juego sudamericano. «Por algo los tres más grandes del mundo fueron argentinos: Di Stefano, Maradona y Messi. Y eso que no ponemos a Riquelme en la lista, porque se llevó mal con el nazi Van Gaal», recordó, haciendo referencia al criticado árbitro por las experiencias trascendidas con futbolistas latinoamericanos, y quien, además, fue el centro al que se dirigió el célebre «Topo Gigio» del 10 argentino en el partido ante Holanda.

Además, comparó la alegría popular vivida con el 17 de octubre de 1945 cuando la multitud salió a las calles a aclamar por Juan Domingo Perón: «yo sé que hay muchos intelectuales que tienden a relativizar el fútbol, pero cuando la gente se manifiesta, como lo hizo cuando lo fueron a buscar a Perón… Esas cosas no pasan porque sí».

Siguiendo esta línea, afirmó que se generó una cosa masiva «casi peronista en su expresividad», fue algo que «involucró la emotividad de todo el país». Ese carácter tan abarcativo y masivo del sentir popular lanzado a las calles lo llevó a reflexionar que «la necesidad de transformación profunda es tan grande que no hay partido político que la pueda abarcar».

«La vida va mucho más rápido que la ideología», concluyó.