Hoy es el Día Mundial del Orgullo y una de las cosas que tiene la Argentina para celebrar es su ley de cupo laboral para personas trans, pero… ¿qué pasa realmente en el sector público y privado?
Por Rocío Bao
Edictos policiales, calabozos, malos tratos, miradas de desprecio en la calle, imposibilidad de acceder a trabajos formales o, peor aún, ni siquiera poder acceder a una entrevista. Así fue la vida cotidiana de las personas trans-travestis que, a fuerza de insistentes protestas y en el marco de una avanzada social transfeminista que impulsó los reclamos de un colectivo invisibilizado, va cambiando de a poco la realidad.
Ese impulso de lucha llevó a que, en 2021, se promulgara la Ley N° 27.636 de Acceso al Empleo Formal para personas Travestis, Transexuales y Transgéneros «Diana Sacayán-Lohana Berkins», la llamada Ley de Cupo Laboral Travesti Trans, que establece que al menos un 1% de los cargos y puestos del Estado Nacional deben ser ocupados por esta población, a lo cual le precedió el decreto presidencial 721/2020 firmado por Alberto Fernández.
La pregunta es si, efectivamente, se cumple la Ley y, para corroborar sus avances hay informes y testimonios. El Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad publicó en diciembre de 2022 el Sexto Monitoreo del Cupo Laboral Travesti Trans, según el cual hay 574 cargos ocupados por personas travestis, transexuales y/o transgénero (TTT) en el Poder Ejecutivo Nacional, organismos centralizados y descentralizados.
Las cifras publicadas en el relevamiento, representaron un incremento del 19,58% de personas TTT contratadas, en comparación con el quinto monitoreo y un crecimiento sostenido desde la realización del primer monitoreo en septiembre del 2021, en el cual se registraron 87 personas trans en el sector público.
Pero, ¿por qué era necesaria -y urgente- la sanción y reglamentación de una ley que garantice el acceso al empleo de esta población? La respuesta es simple: no se trata de discriminación positiva como algunos sectores conservadores quisieron imponer. El tema es que, más allá de los avances y alcances del Estado para con el colectivo travesti trans, su expectativa de vida continúa en un promedio de 35 a 40 años, los ataques físicos que incluso a veces terminan en trans-travesticidios continúan, y el sector privado directamente no demuestra una intención de contratación del colectivo (ni siquiera cuenta con cifras), a pesar de los beneficios impositivos incluídos en la Ley de Cupo Trans para las empresas que lo ejecuten. Asimismo, el acceso a la salud, educación e incluso, muchas veces, un hogar, son espacios de los que son corridas.
El último relevamiento de la FALGBT, de la Defensoría del Pueblo de CABA, indicó que en el período que va del 1 de enero al 31 de diciembre de 2020 y que da cuenta de 152 crímenes de odio, el 84% de los casos (127) corresponden a mujeres trans (travestis, transexuales y transgéneros); en segundo lugar con el 12% (19) se encuentran los varones gays cis; en tercer lugar con el 3% de los casos (4) le siguen las lesbianas; y por último con el 1% (2) los varones trans.
¿Dónde está Tehuel? Tehuel de la Torre es, quizás, uno de los símbolos más representativos de los peligros a los que se exponen las personas de la población trans respecto a la informalidad laboral. El 11 de marzo de 2021, Tehuel comenzaría su primer día de trabajo como mozo, que consiguió mediante unos conocidos. Se trataba de un empleo no registrado que no le garantizaba ningún derecho. Ese día, el joven trans de 22 años desapareció y, hasta el momento, sólo hay dos detenidos que hicieron un pacto de silencio. Tehuel sigue desaparecido.
Hecha la ley…¿se cumple? Los avances respecto a la contratación de personas trans en el Estado son indiscutibles. Sin embargo, una de las críticas al cupo laboral, es la extensa lista de espera: hasta febrero de 2023 se habían postulado 7.318 personas del colectivo de las cuales fueron contratadas 574.
Magui Jazmín Franco tiene 23 años, es estudiante de la UBA de la carrera de Abogacía y trabaja en la Cámara de Diputados en el área de administración contable. Nos contó que su trabajo se desarrolla en mesa de entrada, donde recibe facturas de proveedores de servicios de la Cámara en general.
«Ingresé en agosto del 2022, y el proceso de trabajo fue muy difícil porque no conocía todo el procedimiento pero gracias a la ayuda de mis compañeros fui entendiendo todo lo que debía hacer en el área. Creo que el crecimiento de la contratación a las personas trans solamente lo pude ver en el ámbito donde yo estoy, en otro ámbitos no llegué a ver este crecimiento«, recordó.
También dijo que desde su postulación le costó un año poder conseguir ese empleo: «Pude enviar mi CV a varios lugares pero del único lugar del que tuve respuesta fue del Estado. Lo que me puso muy contenta es que gracias al cupo de la ley aprobada pudimos adquirir un trabajo registrado, un trabajo donde te brinden la posibilidad de tener un sueldo mensualmente, proyectar a futuro, tener vacaciones pagas, poder tener acceso a la salud, que es muy importante para todos. A mí me puso muy feliz saber que iba a contar con todos esos beneficios. Creo que fue un cambio bastante importante en nuestras vidas porque era necesario fijar que el Estado se haga responsable de lo que nos estaba pasando a personas más vulnerables que otras y creo que esto cambió la vida de todas nosotras, todas y todes, entre chicos trans, chicas trans, que fuimos discriminados y rechazados en el ámbito laboral, educativo y en hospitales».
Sobre la contratación en el sector privado faltan cifras, y eso no es un dato menor. No hay informes oficiales o tan fácilmente disponibles a los cuales acceder. No obstante, desde la Mocha Celis, el bachillerato creado para que personas del colectivo travesti trans puedan completar sus estudios, nos facilitaron cifras. La Mocha Celis tiene su propio programa de trabajo, Empleo Trans, creado justamente para generar un puente entre personas del colectivo y el sector privado.
Según nos indicaron, desde la Mocha Celis -mediante este programa- en el último mes hubo 42 inserciones laborales, de las cuales 15 fueron al sector privado.
Francisco Quiñones Cuartas, director del bachillerato, celebró que «el sector privado va en aumento, un poco más lento pero va. Cada vez más se crean areas de diversidad dentro de grandes empresas que trabajan por el cupo, y en medianas o pymes cada vez se sensibilizan más y tambien consultan».