El ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona, reflotó un proyecto contra las denuncias falsas, haciendo especial hincapié en las vinculadas a violencia de género.
Estaba a punto de caerse pero el Gobierno lo reflotó: se trata de un proyecto de la senadora Carolina Losada (UCR) que impone nuevas penas a quienes hagan denuncias falsas, con especial énfasis en las vinculadas a la violencia de género. Y si bien podría haber aludido a otros ejemplos, como se da en el marco de la batalla cultural que los libertarios plantean, el ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona, sólo hizo foco contra las mujeres denunciantes, aunque no tenga muchos informes que lo respalden.
La iniciativa apunta a modificar el Código Penal en los artículos vinculados a los delitos al honor, imponiendo penas a quien “denunciare falsamente un delito ante la autoridad” para quienes se prevé una pena de prisión de tres a seis años. “Una denuncia de género falsa destruye a una persona. Se creó el ‘hermana, te vamos a acompañar, tenés que denunciar’ y eso no es siempre así”, afirmó Cúneo Libarona en la Comisión de Justicia y Asuntos Penales.
El texto de Losada fue presentado en 2023 y pierde estado parlamentario antes del inicio del período ordinario en marzo de 2025, salvo que intenten colarlo en un eventual llamado a sesiones extraordinarias durante el verano. Posibilidad que, dado el interés del ministro de Justicia, podría ocurrir y, en caso de que no, de todas formas volverían a insistir en el transcurso del año.
Según un informe de Chequeado, las denuncias falsas de violencia de género no son un problema extendido, y ni siquiera hay estudios locales que comprueben lo contrario. Existe un informe español de denuncias falsas en este ámbito, pero el promedio que se indica allí es de un 0,0084% entre 2009 y 2021.
Es decir, la iniciativa gubernamental se suma a las tantas otras que ha llevado a cabo desde hace un año para desbaratar los logros de las luchas feministas y para demonizar al movimiento. “Los feminismos hoy condensan la figura del enemigo interno, del chivo expiatorio. Tiene que ver con los avances y experiencias de transformación social que han sido protagonizados por ellos en los últimos años”, afirma la docente e investigadora Verónica Gago en ese sentido.