Cercanía del hogar y reputación académica, las claves que priorizan las familias al elegir escuela

El primer factor es valorado por familias con hijos en escuelas públicas. En las privadas, las familias priorizan la reputación académica.

Fuente: Lucila Pellettieri

Según la Encuesta Nacional Escolar (ENE) del Observatorio de Argentinos por la Educación, la cercanía es el factor que mayormente define la elección de la escuela para las familias cuyos hijos asisten a primarias de gestión estatal, mientras que para quienes optan por escuelas privadas, la prioridad está puesta en la reputación académica y la propuesta pedagógica.

El punto en común entre una y otra es que la principal expectativa de las familias es que los chicos aprendan y puedan seguir estudiando, así como también la posibilidad de contar con buenas referencias sobre los docentes y directivos.

A través de la ENE se relevaron en el mes de julio las opiniones de 500 madres de hijos que asisten a escuelas del nivel primario de todo el país. Los datos surgen del informe “¿Qué priorizan las familias al elegir la escuela de sus hijos?”, con autoría de Sandra Ziegler (FLACSO Argentina), Gabriela Catri y Eugenia Orlicki (Observatorio de Argentinos por la Educación).

En el ámbito estatal, la cercanía no solo es la característica más valorada por las familias, sino que también por la escuela, ya que se constituye en uno de los principales criterios considerados en el proceso de asignación de vacantes.

“Las diferencias identificadas marcan los posicionamientos de los electores ante la propuesta escolar y las valoraciones sobre las escuelas en virtud de las oportunidades educativas, que se encuentran desigualmente distribuidas entre la población”, explica Sandra Ziegler, coautora del informe.

Es que las escuelas bajo la órbita estatal presentan, como por ejemplo en CABA, la problemática de las vacantes limitadas y la no apertura de nuevos cupos que hace que, como sucede cada año a principios del ciclo lectivo, alrededor de cincuenta mil chicos y chicas se queden sin lugar en el sistema educativo público.

En esa desigual distribución de oportunidades también tiene su peso significativo el valor de la cuota mensual escolar en el caso de los privados, que el pasado año se incrementó un 40% y van desde los 20 mil hasta los 50 mil pesos en promedio.

Otro de los factores que inciden es la disponibilidad de transporte y/o económica para realizar varios viajes y trasbordos, así como el tiempo que ello demanda y la poca conciliación que hay con las horas de trabajo que las distintas realidades sociales demandan.

Las familias de escuelas de gestión estatal y privada identifican problemas diferentes en sus instituciones. Las madres cuyos hijos asisten a gestión estatal mencionan falta de recursos (39,2%) y problemas de infraestructura (31,7%). En el caso de las madres con hijos en gestión privada, el 38,7% indica que la escuela no enfrenta ningún problema, y solo un 12,1% destaca problemas de infraestructura.

Los padres que envían sus hijos a la escuela pública tienen su elección atada a su lugar de residencia. En cambio, en el circuito privado las comunidades escolares se conforman por afinidades sociales e intereses pedagógicos que rebasan los límites geográficos. Es de suponer que esto impacta en la conformación de las identidades de los alumnos, que en el circuito privado seguramente se definen en gran medida por la escuela a la que se concurre, mientras que en el circuito estatal (excepto en los casos de las escuelas públicas emblemáticas) la pertenencia escolar tiene menor relevancia en la construcción de las identidades”, reflexiona Guillermina Tiramonti, investigadora de FLACSO.

Las principales diferencias entre las demandas por sector de gestión se dan en relación con la expectativa de que los niños encuentren en la escuela un espacio de socialización y encuentro con pares (55% privada y 39% estatal), y en menor medida, que la escuela los prepare para el mundo laboral (55% privada y 48% estatal) y que adquieran disciplina (46% privada y 40% estatal).

“Las expectativas de madres y padres oscilan entre la escuela como espacio de socialización o como espacio de aprendizaje, dando por sentado que pueden correr por carriles diferentes. Si lo que prima es la escuela como espacio de socialización, iremos en la dirección de una suerte de guetificación escolar, donde los alumnos tenderán a ser más parecidos entre sí dentro de las escuelas, pero sin embargo las escuelas diferirán cada vez más unas de otras”, afirma Verónica Gottau, investigadora de la Universidad Torcuato Di Tella.

“Elegir escuela para los hijos es una de las decisiones relevantes que toma una familia, padre, madre o cuidador de un menor. Sin embargo, se toma un poco a ciegas. ¿Qué sabemos los padres respecto a cómo le va a la escuela que elegimos en la enseñanza de matemática, lengua o ciencia? No lo sabemos: esos datos –por disposición legal– no están disponibles para las familias. Las familias elegimos cuando podemos, lo que podemos”, señala María Eugenia Arias, orientadora familiar y consultora educativa.