Caso Belsunce: la carta de Carrascosa tras la absolución de Pachelo

El marido de María Marta García Belsunce publicó un mensaje tras la resolución del Tribunal en el tercer juicio por el crimen de la socióloga.

Carlos Carrascosa, presente hoy en el juicio.

Tras la absolución de Nicolás Pachelo por parte del Tribunal Oral Criminal 4 de San Isidro, Carlos Carrascosa, el viudo de María Marta García Belsunce, difundió este viernes una carta en la que aseguró que seguirá “reclamando a la Justicia”, y que la muerte de su mujer “no va a quedar impune”.

Pachelo, a pesar de haber sido absuelto del delito de «homicidio triplemente agravado por haber sido cometido con el uso de arma de fuego», fue condenado a 9 años y seis meses de prisión por robo. El imputado tiene cumplidos cinco del total de esos años en prisiones bonaerenses.

Pachelo declaró en una breve conferencia de prensa posterior al juicio: “Compensaron una cosa con otra, claramente. La absolución es lo que correspondía”. Por su parte, Raquel Pérez, una de sus abogadas, dijo: “Se hizo justicia y la pena nos parece desproporcionada”.

En su carta, Carrascosa estableció una comparación entre el que fue su juicio, donde en primera instancia fue condenado a prisión perpetua y del que resultó absuelto recién en 2016, 14 años después del crimen de la socióloga, y el juicio que tuvo Nicolás Pachelo.

“Yo no estoy capacitado para saber si las pruebas del juicio a Pachelo alcanzan para condenarlo a prisión perpetua, pero sí puedo contar por qué se me condenó a mí, y comparar una causa con otra”, escribió Carrascosa. 

Tras enumerar los sucesos de la tarde del asesinato de María Marta García Belsunce, y encontrar lo que él consideró varios fallos por parte de la Justicia, arremetió contra Pachelo: 

“Ahora, vamos a Pachelo.

Como dato ilustrativo, la hora de la muerte de María recién se fijó en 2011, con la declaración de los médicos de la autopsia, quienes en mi juicio de 2007 no fueron llamados por el fiscal porque sabía lo que iban a decir. ¿Qué iban a decir? Que solo luego de licuar el cerebro aparecieron los proyectiles y que tenía costillas quebradas sin sangre o, sea, que se produjo la fractura durante las maniobras de RCP que hizo el primer médico alrededor de las 19.25. Eso indica que había muerto al menos una hora antes del masaje cardiopulmonar. Lo increíble es que, desde 2011 ya sabían la hora de mi llegada (a las 18.59) y la de la muerte por prueba científica; sin embargo, tardaron 6 años en darme la absolución. Evidentemente, los criterios de los distintos jueces son muy variados.

Que una persona al rato de cometer un hecho prepare su coartada, involucrando nada menos que al ser que le dio la vida, es algo no usual; que sus hermanos y allegados también lo crean capaz de matar, que su misma patología -la psicopatía, que dicen que no existe- le haga perder la cabeza a nivel de comentar el hecho antes que nadie sepa nada; que vaya teniendo esa actitud de dominar todo… Es algo difícil de creer. Cada vez que habló cambió su versión de acuerdo al momento; su empleado fue días antes del 27 de octubre a comprar balas para su revólver; fue visto yendo a lo de María justo a la hora de la muerte… Son muchas cosas que, para los jueces, no alcanzan.

Ni les digo si hago una comparación con mi tragedia, no se le puede poner fin. Sin embargo, seguiré reclamando a la Justicia en todas las instancias hasta tener una respuesta. Un dolor sin fin… La muerte de mi mujer no va a quedar impune. Gracias.»