Los seguidores del Presidente mantienen cortes en 15 estados. También hubo movilizaciones frente a cuarteles en San Pablo y Río de Janeiro.
Luego del breve discurso que ayer realizó el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, los bloqueos en rutas por parte de sus seguidores disminuyeron, pero no cesaron. Actualmente en el país hay unas 150 rutas obstruidas por sus simpatizantes, que rechazan los resultados del balotaje del último domingo. Algunas de las consignas que utilizan son “SOS Fuerzas Armadas”, “No queremos que un ladrón nos gobierne” e “Intervención federal YA”.
Hasta el momento, las autoridades desarmaron más de 600 manifestaciones en la vía pública y se crearon 1992 puestos de control para que haya libre circulación. El Supremo Tribunal Federal le pidió a la Policía Militar que libere las rutas y esta mañana, en uno de los accesos a San Pablo, los efectivos avanzaron con gases lacrimógenos y balas de goma para impedir un nuevo bloqueo.
Esta situación se replicó en otros accesos a ciudades brasileñas, y según la información publicada por la Policía Federal de Carreteras, los bloqueos siguen afectando a 15 de los 27 estados del país.
Bolsonaro se pronunció ayer ambiguamente sobre los disturbios, y expresó que son motivados por el descontento de la población con respecto a la victoria de Lula da Silva. Además, alegó que está a favor de las manifestaciones pacíficas, pero que no cree aceptable utilizar «los mismos métodos que usa la izquierda», ya que “siempre perjudica a la población con la invasión de propiedades, la destrucción del patrimonio y la búsqueda de impedir el derecho de ir y venir”.
En redes sociales, grupos bolsonaristas interpretaron el mensaje del mandatario como un impulso a mantener los cortes y las movilizaciones. “El sueño sigue vivo” y “Llenen las calles mañana” fueron algunos de las consignas que se replicaron a través de grupos de Whatsapp y Telegram.
Los bloqueos tienen distintas consecuencias como la cancelación de vuelos en Guarulhos (San Pablo), uno de los principales aeropuertos del país. Además, la Confederación Nacional de la Industria advirtió un “inminente riesgo de desabastecimiento y falta de combustibles” en caso de que la situación continúe.
En tanto, otros grupos de manifestantes se congregaron frente a los cuarteles del Ejército de San Pablo y Río de Janeiro para exigirles a los militares que realicen un golpe de Estado para impedir la asunción de Lula, dado que alegan que Bolsonaro no reconoció la derrota en su discurso.