Bolsonaro habló por primera vez desde su derrota con Lula: «Duele en el alma»

El líder de ultraderecha habló a sus seguidores frente al palacio de ala Alvorada y aseguró que las Fuerzas Armadas son «el último obstáctulo para el socialismo».

Foto: AFP.

Tras mantener un largo silencio desde que Lula lo derrotó en las urnas con un 50,9% de los votos, Jair Bolsonaro volvió a hablar y se dirigió a sus partidarios frente al palacio de la Alvorada, a quienes aseguró que su fracaso electoral le «duele en el alma» y que en manos de ellos está el futuro de las Fuerzas Armadas, que definió como «el último obstáculo para el socialismo».

«Quien decide mi futuro, para dónde voy, son ustedes. Quien decide para dónde van las Fuerzas Armadas son ustedes», sostuvo el referente de ultraderecha, que admitió por primera vez su derrota y, según sus propias palabras, está atravesando «un momento crucial, una encrucijada».

«Llevo prácticamente 40 días en silencio. Duele, duele en el alma. Siempre he sido una persona feliz entre ustedes, hasta arriesgando mi vida entre la gente», dijo Bolsonaro, que dejará de ser presidente el 1 de enero, día en el que está pautada la asunción de Lula.

Justificó su ausencia de declaraciones alegando que cualquier cosa que hubiera dicho se habría «distorsionado»: «Algunos hablan de mi silencio. Hace algunas semanas, si yo saliera y diera los ‘buenos días’, todo sería tergiversado, distorsionado», dijo el mandatario saliente, de acuerdo con lo publicado por la agencia AFP.

Bolsonaro no sólo se mantuvo al margen de toda declaración durante 40 días, sino que su agenda pública fue casi inexistente desde la victoria de Lula. En este período, sólo se presentó a un evento oficial en una academia militar, el 26 de noviembre.

Además de eso, grabó un video el 2 de noviembre, en el que se expresó ambiguamente respecto de los bloqueos de rutas que sus seguidores estaban realizando para pedir una intervención de las Fuerzas Armadas que impidiera la toma de posesión del líder del PT.

En esa ocasión, dijo que los disturbios estaban siendo ocasionados por el descontento de la población respecto a la victoria de Lula, pero que estaba a favor de las «manifestaciones pacíficas» que no involucraban «los mismos métodos que usa la izquierda».

Sus declaraciones son interpretadas como un posible guiño a ese pedido de intervención militar sobre el Gobierno de Lula.