Así fue el asado para «los héroes del veto»

Anoche finalmente tuvo lugar en la Quinta de Olivos la cena con la que el presidente Javier Milei agradeció a los diputados que votaron a favor de mantener el veto de la movilidad jubilatoria. 

El presidente Javier Milei fue anoche anfitrión en la Quinta de Olivos del asado con el que quiso agradecer a “los 87 héroes” que blindaron el veto a la movilidad jubilatoria. Además del oficialismo, participó casi todo el bloque PRO (menos los diputados que responden a Horacio Rodríguez Larreta que votaron en contra), bloques aliados, y solo uno de los cinco radicales que cambiaron su voto.

Como muestra de agradecimiento, el libertario inició el asado con un discurso corto de 5 minutos en el que pidió: “Sigamos trabajando todos juntos como lo venimos haciendo hasta ahora. Juntos podemos hacer un scrum (en referencia a la jugada del rugby) para bloquear los intentos de desestabilizar la economía”.

El diputado Oscar Zago del bloque aliado MID contó que el asado consistió en una entrada de achuras y un plato principal de asado y vacío. Además hubo mousse de chocolate de postre y café. Los participantes pagaron por la cena 20 mil pesos con tarjeta de débito en posnets que puso a disposición al momento de ingresar la Secretaría General de la Nación a cargo de Karina Milei, lo que equivale a 7 mil pesos más que el aumento vetado para los jubilados.

Algunos de los diputados ingresaron con ensaladas a la Quinta de Olivos, pero sin sus celulares, los cuales debieron dejar en la entrada. Uno de ellos fue Damián Arabia, mano derecha de la ministra Patricia Bullrich, quien mostró que llevó una ensalada de papa y huevo en su cuenta personal de Twitter en un intento de discurso humorístico mientras ciertos medicamentos se quedaron sin cobertura y otros encarecen, y mientras muchos jubilados denuncian que no pueden ni siquiera cubrir las cuatro comidas diarias.

Antes y en el transcurso de la cena, jubilados autoconvocados realizaron una protesta fuera de la residencia presidencial, lo que motivó la aparición de alrededor de 400 policías. Al ritmo de los cacerolazos, denunciaron en una de las banderas más grandes que “Robar a los jubilados es un crimen social”, mientras otros carteles dirigían sus insultos hacia “los diputados vendidos”.