Así arrancó el Museo Travesti Trans Argentina

Con tacos altos, coronas de reinas, expedientes policiales que revelan la persecución padecida y decenas de fotos de carnavales y marchas, reivindica y visibiliza la lucha del colectivo en todo el país.

Foto: Eva Cabrera.

Ya se puede visitar la primera muestra del Museo Itinerante Travesti Trans Argentina en La Plata. Con zapatos de tacones altos, coronas de reinas, expedientes policiales que revelan la persecución padecida y decenas de fotos de carnavales y marchas, visibiliza y reivindica la lucha del colectivo en el país durante los últimos cien años.

La muestra es producto de la organización de la asociación civil Otrans Argentina. Propone una recorrida por los cien años de historia del movimiento en el país, a través de archivos, objetos y documentos. Se podrá visitar hasta el próximo 17 de noviembre en la sede de la Comisión Provincial por la Memoria, en la calle 54 número 487 de capital bonaerense, de lunes a viernes de 8.30 a 20.

"A 40 años de democracia, esta muestra contribuye a la construcción de una memoria colectiva, da cuenta de una memoria invisibilizada, negada, que es necesario transmitir a las nuevas generaciones, como resguardo de nuestra historia y registro de nuestros avances y retrocesos en modos de organización social y política y la defensa de nuestros derechos humanos", cuenta a Télam Claudia Vásquez Haro, presidenta de Otrans Argentina y fundadora del Museo Travesti Trans.

En las fotos expuestas se observan los rostros de lucha de todas las edades retratados en decenas de fotos. Todas con su misma mirada desafiante y con sus labios pintados dibujando una sonrisa amplia. "Hay fotografías, desde 1920 en adelante, de Malva, que es una travesti chilena que emigró caminando por la cordillera de los Andes y vivió todas las dictaduras. Es la travesti más longeva, tiene 95 años, y ella nos permite dar cuenta que travestis siempre existieron", dice Vásquez Haro frente a una de las fotos de la ya adulta mayor tendida en su cama fumando pensativa.

Las fotos de los carnavales también tienen un rol central porque “era el único momento donde podíamos expresar la identidad de género sin ser perseguidas", explica. También hay fotografías de certámenes de belleza que, para las travestis y trans "implican un acto performativo, no sólo para visibilizar y cuestionar la reproducción de los estereotipos de belleza hegemónica, sino el lugar donde desde nuestra acción y praxis política, dimos cuenta de nuestra propia existencia", precisa un texto curatorial que acompaña la exhibición de coronas, cetro y joyerías varias.

Pero además de la reivindicación de lo bueno, también se expone el historial de lucha. Porque la persecución policial fue dura y constante. "La muestra recorre los exilios de las compañeras travestis y trans en el Tigre durante la última dictadura, e incluso antes, y también en el retorno a la democracia. Se ven los edictos policiales, los códigos de falta, la persecución a travestis y trans por parte de la Fuerza de Seguridad y el espionaje de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (Dipba)", detalla Vásquez Haro.

La presidenta de Otrans alude así a los cientos de expedientes que la policía armaba de las travestis trans donde registraban sus movimientos, sus denuncias y sus participaciones en marchas. "Esas carpetas dan cuenta del espionaje que sufrimos", remarca, mientras abre uno de esas carpetas que tiene escrito el nombre de "Mariela Muñoz", pionera en la defensa de los derechos del colectivo y la primera trans que en 1997 obtuvo el DNI con su identidad de género autopercibida.

Las travestis trans sobrevivieron a esas persecuciones, se reunieron y comenzaron a marchar por sus derechos, tal como lo grafican también varias fotos de esta muestra donde se las ve puño en alto en la previa por la sanción de la ley de identidad de género, las marchas del Orgullo, o los encuentros nacionales de las mujeres que después se convirtieron en plurinacionales

"Este es un trabajo colectivo. Cada trava ha buscado en su cajita de recuerdos para aportar a este Museo. Tenemos libros, afiches, fanzines, tenemos tacos, tacos de aquella época en que ellas usaban los tacos acrílicos transparentes", relata Vásquez Haro mientras muestra el par de zapatos con tacos de 15 centímetros. Explica que "los tacos altos para las travestis y trans simbolizan no solo la feminidad, sino una prótesis del cuerpo que permite deconstruir los roles de género hegemónicos impuestos por la heteronorma. Y al mismo tiempo habilitan otros modos posibles de existencia, no reductibles al binarismo del sistema sexo/genero".

"El Museo itinerante también responde a la pregunta de cómo construimos la historia desde los márgenes, pero también desde una historia narrada desde las provincias, desde los aportes de las migrantes, las afrodescendientes y las de pueblos originarios, en esta construcción de movimiento y en esta lucha que es plural, que es subjetiva, que es colectivizante. El desafío está puesto ahí, en contarnos nosotras mismas desde un modo colectivo", asegura.

Noticias Relacionadas