Argentina, tan desigual como hace 16 años

Según las estadísticas del Indec, en el primer trimestre de este año el coeficiente de Gini que mide la desigualdad arrojó un 0,467, cuando el año pasado durante el mismo período alcanzaba un 0,446. 

El nivel de desigualdad en nuestro país durante el primer trimestre del 2024 tocó los mismos niveles que hace 16 años. Ello se deduce de las estadísticas publicadas por el Indec a partir de las cuales el coeficiente de Gini -índice establecido para medir de la desigualdad social- arrojó un valor de 0,467. El año pasado durante el mismo período el coeficiente había arrojado un 0,446. Teniendo en cuenta que cero implica una igualdad absoluta y uno la desigualdad absoluta, no solo hay mayor desproporción de ingresos en la sociedad que el año pasado, sino que para encontrar este valor recién hay que remontarse al 2008 (0,463), en el marco de un proceso de disminución año tras año desde la salida de la Convertibilidad hasta el 2015.

Con los altísimos números de inflación de enero, febrero y marzo y sin que se produjera un aumento proporcional en los salarios, se dio un aumento importante de la desigualdad social. El último informe del Indec acompaña los datos oficiales difundidos esta semana sobre la recesión y el crecimiento del desempleo. Se trata del peor resultado arrojado por el coeficiente de Gini en los últimos 16 años. Esto queda graficado, entre otras maneras, porque la brecha distributiva calculada entre la media del ingreso per cápita familiar de la población del decil 10 y el decil 1 (es decir, del 10%  más rico versus el 10% más pobre) es de 15 veces. 

Otro indicador de la grave situación es que la subocupación está creciendo, es decir, las personas buscan aumentar su carga laboral porque los ingresos son insuficientes para llegar a fin de mes con solo uno o dos trabajos. Además, si la subocupación y la desocupación crecen, esto tiende a que los salarios se estanquen. En el caso de la población ocupada asalariada, el ingreso promedio fue de 361.445 pesos. También hay para focalizar en la brecha de género, que tampoco escapó al crecimiento de la desigualdad. Mientras los varones percibieron un ingreso promedio de 429.741 pesos, las mujeres tuvieron uno de 310.064 pesos.

El ingreso promedio per cápita del total de la población, que corresponde a 29.593.119 personas, alcanzó los 233.695 pesos en el primer trimestre del año, mientras que la mediana del ingreso per cápita fue de 155.000 pesos. Muy por debajo de todo el dinero que se va en costos de vida básicos como servicios, alquiler y alimentos.  Analizado según la escala de ingreso individual, el ingreso promedio de los estratos bajos (deciles 1 a 4) fue de 122.529 pesos, en los estratos medios (deciles 5 a 8) de 327.862 pesos y en los estratos altos (deciles 9 y 10) de 945.325 pesos, un número que incluso puede ser mayor si se tiene en cuenta que la conducta a la que tienden estos estratos es la de subdeclarar ingresos. 

El peso de los ingresos laborales en los hogares representaron el 76,8% de las remuneraciones totales, mientras que los ingresos no laborales -como las prestaciones estatales- alcanzaron el 23,2% restante, teniendo mayor peso en los deciles de ingreso total familiar más bajos.

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