El presidente habló en un acto frente a Casa Rosada a tres años de haber asumido. Resaltó los logros de su gobierno, se defendió de las críticas y dio algunas definiciones para el próximo año electoral.
El presidente Alberto Fernández encabezó este miércoles un acto con motivo de sus tres años de gestión, frente a Casa Rosada y con la compañía de ministros, algunos gobernadores, intendentes de la provincia de Buenos Aires, sindicalistas y Abuelas de Plaza de Mayo.
Se refirió al escenario electoral y dijo que se pondrá al frente para que “en diciembre del 2023 el presidente o presidenta que asuma sea uno de nosotros”. Afirmó que no va a permitir que vuelvan al poder quienes “han puesto al país de rodillas”. Y cerró su discurso confiado en que el Frente de Todos va a ganar “unidos y por el bien de la Argentina”.
Fernández se defendió de las críticas que le dirigen por “timorato, cobarde porque no grito” y dijo que “el liderazgo no se ejerce gritando ni golpeando la mesa, se ejerce convenciendo a todos”. Sostuvo que él se inclina por el dialogo: “Yo dialogo, pero dialogo donde corresponde: con los trabajadores en las paritarias, con los empresarios y actores de la sociedad civil”.
Además, expresó su deseo de dialogar en el Congreso con la oposición “si es que alguna vez pensara más en la Argentina que en sus posibilidades electorales”.
El Presidente afirmó que “para nosotros la república no es una palabra, es un valor” y que para eso los tres poderes del Estado tienen que funcionar bien. En ese sentido, renovó sus cuestionamientos a parte del Poder Judicial y dijo que se necesita de éste que “no ande en Lago Escondido, sino que haga justicia”. En la misma dirección, apuntó contra el sistema de medios que así como “hace una semana puede tapar una noticia (por Lago Escondido), en realidad hace tres años venimos viendo cómo se tapan las noticias que hacen al desarrollo del país”.
Al momento de repasar los puntos de su gestión, recordó que heredaron “una deuda impagable”, que junto con la pandemia cambiaron todos los planes y limitó su margen de acción. Afirmó que “gobernar en la pandemia era pisar terreno desconocido” y que se comunicaba con Pedro Sánchez, presidente de España, y Ángela Merkel, primera ministra de Alemania en su momento, para preguntarles que estaban haciendo ante la situación de emergencia.
También reivindicó el accionar ante la pandemia y defendió lo realizado. “Nos acusaron de mil cosas, pero vacunamos al mismo tiempo que los países centrales vacunaban a sus ciudadanos”, dijo.
Resaltó la desigual distribución de las vacunas en ese tiempo, las cuales “solo el 10% iban a la periferia” y, en ese sentido, le dio más valor al hecho de que aún así “fuimos los primeros en empezar a vacunar”. Sostuvo que entre los países de más de 30 millones de habitantes, “somos de los que más inmunidad ha logrado”.
Reconoció que en el 2020 el PBI cayó 9 puntos por las obvias circunstancias, pero dijo que “al año siguiente lo aumentamos el 10%, este año el 6% y ya para el próximo año el crecimiento no estará por debajo del 3% solo por arrastre”. En relación con eso, afirmó que “desde Néstor que no lográbamos crecer tres años consecutivos, y los hemos logrado entre todos y todas”.
También destacó al ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, y especialmente la obra que están llevando a cabo del gasoducto Néstor Kirchner que “nos va a dar soberanía energética”.
Al referirse a los que menos tienen, dijo que “más allá de lo que escriban los diarios, nunca vamos a dejar de lado la asistencia a quien la necesite, pero vamos a hacerlo bien. No queremos que esa asistencia vaya a quien no la necesita».
En cuanto a las acusaciones de ajuste por el acuerdo con el FMI, el Presidente sostuvo que pudieron llevar adelante el plan “sin que los salarios se depriman” y “aumentando el presupuesto de educación, salud, ciencia y tecnología”.
Siguiendo con los logros económicos, destacó que “Argentina tiene el mayor uso de la capacidad instalada de los últimos 6 años” y que “terminará este año con récord de exportaciones”, aunque reconoció también que habrá “récord de importaciones porque para seguir produciendo necesitamos insumos, para que las empresas privadas sigan creciendo y dando trabajo a los argentinos que es lo que más necesitamos”.
Apuntó contra el expresidente, Mauricio Macri, diciendo que lo oyó sostener que “Argentina es el país de 70 años de frustración”. Para contrariarlo, respondió que “Argentina no es eso, sino la envidia de los demás países por su salud pública (…) es el país donde los trabajadores tienen sus aguinaldos y vacaciones pagas, donde los inversores ponen dinero y dan trabajo”.