Declarado Bebida Nacional en 2013, se busca "difundir las características culturales que implica la producción, elaboración y consumo del vino y sus tradiciones”
El 24 de noviembre se celebra el Día del Vino en la Argentina luego de que fuera declarado como Bebida Nacional en 2013. Desde esa fecha, todos los años se festeja su valor cultural, su arraigo con la tierra y su rol en la identidad de los argentinos.
Con la Ley N.º 26.870, que instauró la celebración, se busca "difundir las características culturales que implica la producción, elaboración y consumo del vino y sus tradiciones”, señalaron en su momento desde el Poder Ejecutivo.
Argentina es el único país vitivinícola en el mundo que declaró a su vino como bebida nacional. La Malbec es la cepa más representativa del país, ya que encabeza la cantidad de hectáreas plantadas con esa variedad: más de 43 mil. Si bien la Torrontés es la única uva nativa, la Malbec se distribuyó en todas las regiones obteniendo excelentes resultados.
Hace 20 años la superficie cultivada con vides en el territorio argentino la concentraban Mendoza y San Juan. Hoy, la vitivinicultura argentina se extiende en 19 provincias, casi la totalidad del territorio nacional.
Hay 223.585 hectáreas cultivadas con viñedos: Malbec, Cereza, Bonarda, Criolla Grande, Cabernet Sauvingnon, Syrah, Pedro Giménez, lo que representa el 3% de la superficie mundial y posiciona al país en el quinto lugar como productor de vinos en el ranking global.
La Argentina exporta vino a 127 países, siendo Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Brasil y Países Bajos los mayores importadores. La industria vitivinícola genera más de 106.000 puestos de trabajo de manera directa y 280.000 de forma indirecta.
El vino es parte de nuestra identidad y de nuestro ser nacional. Aparece en cuadros, poemas, tangos, en la literatura de diversas épocas. Atraviesa las producciones culturales de los y las argentinas, tanto como musa y objeto estético, pero también, por qué no, como fuente de inspiración.
